Cata46

Nombre de messages : 7 Date d'inscription : 2011-11-16

A paso ligero se presentó en frente de la Puerta de San Jorge, justo donde le habían indicado. Vestido con su sotana nueva se dirigió a uno de los guardias.

-Buenas hijo. Vengo a alistarme, tengo entendido que es aquí donde tengo que entregar el documento de inscripción. - El catalán miró al soldado de arriba a abajo estudiando la clase de gente que encontraría por allí. - Si fueras tan amable de indicarme a quien debo entregar esto...

Quote :: Apodo : Cata
Nombre completo : Cata
Ciudad de Residencia : Lleida, Principat de Catalunya
Provincia eclesiástica a la que pertenece : Diócesis de Lleida

¿Estás bautizado? : Sí, por la diácona Pasky
Cargos Actuales : Humilde ciudadano
Oficio : Herrero
Estatus : Lvl 2

Define la Iglesia en una frase : Mi caaaaaasa (E.T.)

- ¿Cuales son tus motivaciones? Servir a Nicolino.
- ¿Juras estar activo en esta fortaleza? Sí.
- ¿Eres miembro de algún partido político (o algún gremio) ? La Menestralia
- ¿Formas parte de algún otro cuerpo militar, o Orden Militar Religiosa? Dios me libre.
- ¿Ocupas actualmente alguna función o cargo? No.
- ¿Alguna vez ocupaste alguno? Unos cuantos.
- ¿Alguna vez fuisteis perseguido por la justicia de algún Reino?¿Por qué? Nunca.
- ¿Has leído nuestra carta y principios ? ¿Y quien no?

Subject: Re: Cata46 Thu 17 Nov 2011 - 23:18

El Borja había sido llamado por un guardia, que le anunció la llegada del sacerdote catalán. Más precisamente de Lleida. Inmediatamente se encaminó hacia allá, pidiéndole al mismo soldado que se encargara de conseguir algo de vino caliente, para aplacar el frío que invadía la fortaleza, a pesar de que aún se hallaran en otoño. Sin duda había sido un viaje largo, y Nicolás quería recibir al clérigo en persona.

El trayecto hacia las puertas le fue corto, y cuando hubo llegado se apresuró a tomar de manos del escribano el pergamino que le hacían rellenar a quienes venían a formar parte de la Guardia. Lo leyó, sin prestarle atención a nada en particular, y aceptándolo como documento ordinario. Lo plegó, y guardó entre sus ropajes.

-Bienvenido a la fortaleza Motarde d'Ascalon, Monsén.-dijo, dirigiéndose al sacerdote.-Seguidme, sin duda os hallaréis mejor resguardado por los muros de la ciudadela. Y he de admitir que es bueno ver clérigos llegar ante nosotros...¡Debéis saber, padre, que muchas almas buscan aliviar sus penas y de presencia santa entre ellos!. Por ello, necesito hablar antes con vuestra merced. En el despacho privado de la Provincia de Tarragona podremos tratar estos temas mejor...

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Claro claro hijo. - Dijo poniendole la mano en un hombro. - Para eso estoy aquí. Por favor. - Dijo extendiendo un brazo. - Te sigo.