Arrivée de Sorkunde et Cuartetero

Nous arrivons ensemble depuis Castellón, Royaume de Valence dans la Couronne d'Aragon.

Nous avions été convoqués dans la Garde Épiscopale par notre Primat Monseigneur Tanys. Nous appelons à la porte et nous attendons à être reçus et accompagnés au lieu où nous devions aller.

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Llegamos juntos desde Castellón, Reino de Valencia en la Corona de Aragón. Habíamos sido convocados en la Guardia Episcopal mediante nuestro Primado Monseñor Tanys.

Llamamos a la puerta y esperamos a ser recibidos y acompañados al lugar donde teníamos que ir.

À la fin, le mariage que je célèbre entre deux fidèles, le Vicaire Cuartetero Ortiz de Rozas, il s'est trouvé avec la Grande Duchesse et diacona, Sorkunde, les deux responsables de l'Église de Castellon, Royaume de Valence, dans la Couronne d'Aragon. Le voyage a été long et court en même temps, longueur par la distance et coupe par la compagnie de la Diacona qui avec ses histoires laissent toujours un enseignement dans le Vicaire. Nous nous dépêchons à la porte et Dame Sorkunde a appelé dans l'attente de nous être assurés…

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Al final la boda que ofició entre dos fieles aristotélicos el Vicario Cuartetero Ortiz de Rozas se encontró con la Gran Duquesa y diaconisa Sorkunde ambos responsables de la Iglesia de Castellon, Reino de Valencia.
El viaje fue largo y corto al mismo tiempo, largo por la distancia y corto por la compañía de la Diaconisa que con sus historias siempre dejan una enseñanza en el Vicario.
Nos apresuramos a la puerta y Doña Sorkunde llamó a la espera de ser atendidos...

La Guardia Papal estaba en patrulla. El Prefecto del Vidames había informado Andreï Massovich que colegas hispánicos se presentarían a la grada de la fortaleza. Alabarda en mano, lo guarda pontifical avanzó en dirección de las personas invitadas por el Primado Monseñor Tanys. Se inclinó para saludarlos y declaró :

Su Gracia, mi Padre, bienvenida al guardia episcopal.

El Prefecto, Monseñor Cyril Kad d'Azayes, nos pidió escoltarle en las oficinas del cuartel de Tarragona.

Si quiere bien seguirme.

Andreï se puestos en movimiento. Avanzaba de un paso regular mecido por el picado de su armadura.

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Un hombre cargado con una pesada, aunque elegante y magnifica armadura, salió a recibir a la Duquesa y a su vicario. Amablemente se ofreció para acompañar a ambos representantes aragoneses a las dependencias requeridas.

Sorkunde inclinó levemente su cabeza y respondió a las palabras del apuesto hombre con una pequeña sonrisa. A continuación, con un gesto, llamó la atención de Cuartetero, que se dispuso a acompañar los pasos de la diaconisa tras aquella figura que se alejaba de ellos.