-¡Bienvenido seáis a Motarde d'Ascalon, Jousepe!-exclamó el Prefecto, dándole la bienvenida al Pellicer, recordando a su padre.¿Por qué no estaba él también en la Guardia?. No lo sabía. Su hijo se mostraba entusiasta, y él confiaba en que sería un excelente soldado. Lleyó rápidamente el escrito, revisándolo punto por punto, y finalmente concluyó:
-Bien, tenéis acceso al Cuartel hispánico de la ciudadela y a otros lares más. Sin embargo, antes que nada tocará la formación militar teórica...